Hoy vamos a hablarte de una herramienta fascinante y única en su especie, uno de estos pocos objetos capaces de resistir el envite de las nuevas tecnologías y seguir evolucionando para ofrecer aplicaciones cada vez más impactantes con una inversión cada vez más razonable. Se trata del proyector de gobos, o quizás, de forma más concreta, del gobo en sí mismo y de su increíble versatilidad.
¿Qué es un GOBO?
La palabra gobo es una abreviatura del término graphical optical blackout, y se utiliza para referirse a una pieza, generalmente redonda y metálica, en la cual se elabora mediante cortes una plantilla con algún tipo de información o logo.
Después, esta pieza se coloca delante de una fuente potente de luz para conseguir proyectar la plantilla sobre una superficie concreta. Por supuesto, la fuente de luz forma parte de un proyector especialmente ideado para conseguir, sirviéndose de una lente, que el logo tenga el enfoque y definición apropiados una vez que es proyectado.
El ejemplo, quizás más conocido e ilustrativo, de proyector de gobo lo encontramos en la ficción, y entenderemos de inmediato de qué mecanismo estamos hablando si pensamos en el cañón de luz que proyecta el símbolo de Batman sobre las nubes de Gotham. Una plantilla de metal colocada entre la fuente de luz y las nubes consigue este efecto en los cómics y los dibujos animados.
Por supuesto, al proyector de gobos de ficción le faltan elementos para asemejarse al real y, en la práctica, funcionar, pero nosotros vamos a presentártelos en detalle y al final te dejaremos una galería con imágenes para que conozcas sus posibilidades.
El GOBO
Como ya hemos comentado, esta pieza es generalmente redonda, pero también hay proyectores de gobo que los utilizan rectangulares o cuadrados. La razón de que la pieza sea normalmente de metal es que las altas temperaturas que alcanza el foco tradicional imposibilitan que una pieza de algún tipo de plástico o madera pueda aguantar sin derretirse o arder. También se utilizan gobos de vidrio para representar formas más complejas o si se necesita añadirles color. Sin embargo, gracias a las nuevas tecnologías, y en este caso a la iluminación led, se ha conseguido crear lámparas que no generan cantidades considerables de calor y que pueden permitir utilizar gobos de otros materiales.
El proyector
Existe una gran diversidad de proyectores de gobos en el mercado, dependiendo mayormente de la aplicación que se le quiera dar a la lámpara (para interiores o exteriores; para mayor o menor distancia de proyección…) y de la generación a la que pertenezca el modelo. La potencia de las lámparas puede ir desde los 5 a 20W de las modernas led, para alcanzar hasta 20m de distancia de proyección en interiores y exteriores poco iluminados, con un consumo de energía muy reducido y una vida últil de hasta 30.000 horas, hasta los 1500W de los titánicos modelos halógenos de uso exterior para grandes formatos, que pueden alcanzar una distancia de proyección de hasta 800 metros (con los cuales, quizás, podríamos invocar a Batman en un día nublado), y en los cuales, como es lógico, el consumo de energía se dispara y la vida útil de la lámpara es mucho más corta en comparación con los demás tipos. Por supuesto, hay muchos modelos intermedios, con potencias y alcances diferentes, y el que más interese al usuario general quizás sea el de interiores con un alcance medio, que le permita proyectar las ofertas de temporada o el logo de su empresa sobre alguna pared o sobre el suelo de su tienda, e incluso sobre la acera de su calle, desde el escaparate, una aplicación que llama mucho la atención de noche.
Su aplicación
Y aquí vamos a lo que nos importa realmente, que en nuestro caso es tratar de alejar la información sobre el proyector de gobos de la mera curiosidad que se lee en Internet y luego se olvida, para ilustrarte que este invento tiene aplicaciones realmente prácticas para un negocio medio que desee mantener a sus clientes informados de sus ofertas, descuentos o gráfica corporativa, datos que pueden llegar a variar muchas veces en el año y a suponer costes elevados en impresiones e instalaciones.
Lo que consigue un proyector de gobos es simplificar este proceso, convirtiéndolo en algo tan sencillo como cambiar una pieza de no más de 10cm de diámetro por otra, para después encender la lámpara y enfocarla adonde se desee. Por supuesto, los precios de venta de un gobo con un diseño concreto son mucho menores que los de algún tipo de cartel impreso en la medida máxima que un proyector es capaz de lograr, su duración es mucho mayor y se mantienen siempre en un estado tan perfecto como lo sea la superficie sobre la cual se proyectan.
Te dejamos con una galería de imágenes que despertarán tu imaginación sobre lo que puedes llegar a conseguir con un proyector de gobos, viendo las aplicaciones que otros le han dado, las dimensiones que tiene el dispositivo medio y distintos diseños de gobo.